El único lugar del mundo donde no necesitarás Safe Sea

El único lugar del mundo donde no necesitarás Safe Sea

image credits: Aaron Gekoski

Las singulares medusas del lago Kabakan


Las medusas del lago de agua salada de Kakaban, ubicado en una remota y
deshabitada región de la isla de Borneo, tienen una particularidad: han perdido
el poder urticante en un hábitat sin especies depredadoras.
Son muchos los curiosos que llegan cada día a la isla de Kakaban, situada a
unos 1.500 kilómetros de Yakarta, la capital de Indonesia, para ver de cerca o
tocar estas medusas no venenosas con cautela. Los bañistas nadan y
bucean entre ellas, las cogen con las manos para comprobar su inocuidad.
Hace más de dos millones de años, este lugar era un atolón con una laguna
interna que se comunicaba con el mar, pero durante miles de años las rocas
que lo formaban emergieron y el lago quedó aislado. Con el paso del tiempo,
los tentáculos de estas medusas perdieron sus células urticantes hasta que
su toxicidad ha llegado a ser imperceptible para los humanos.
Un entorno sin depredadores
La incomunicación con el mar evita que en el lago penetre cualquier animal
marino de gran tamaño y se convierta en el rey de sus habitantes actuales:
pequeños peces, anémonas, esponjas, serpientes marinas y las medusas
que le han dado la fama.
La mutación de estas medusas ha sido propiciada por la evolución natural del
ecosistema, no teniendo que temer a ningún gran predador, no necesitaban
picar para protegerse".
Los densos manglares y los escarpados acantilados de piedra caliza de la
salvaje isla de Kakaban, que en el dialecto local bajo significa abrazo, rodean al
lago, que cuenta con una profundidad máxima de 18 metros y cuya superficie
alcanza los cinco kilómetros cuadrados. En su interior habitan miles de
medusas de entre 10 y 30 centímetros de longitud que forman un mosaico
que combina el verde de las aguas y el rosáceo de las esponjas y corales con
el naranja y el blanco de las aguamalas.
“Kakaban es un patrimonio único que debe ser preservado"
Desafortunadamente, cada vez es más conocido por los turistas y su situación
se está deteriorando. Las asociaciones de ecologistas advierten de que el
turismo puede ser un arma de doble filo y han solicitado al Gobierno local que
limite el número de visitantes que pueden acceder al lago. De hecho, a principios
del nuevo siglo, la isla se enfrentó a uno de sus momentos más críticos cuando
algunos turistas introdujeron ejemplares de tortuga carey en la laguna, lo que
estuvo al borde de causar la desaparición de las medusas, ya que son parte de
la dieta de los quelonios.
Entre las singulares precauciones que los visitantes a Kakaban tienen que
tomar se encuentran: no bañarse en el mar antes de entrar en el lago, evitar la
crema solar para no contaminar sus aguas y no llevarse ninguna medusa, un
manjar común en Indonesia.
Efe Dewi Satriani, experta indonesia de la asociación ecologista Fondo
Mundial para la Naturaleza.

Post previo Siguiente post